Nuestra historia

La historia de Inocess comenzó en el laboratorio LEAT de Sophia Antipolis, donde Sébastien Icart estaba finalizando su doctorado en electrónica y Robin Bonamy realizaba un trabajo de investigación durante su doctorado en procesamiento de señales en el laboratorio IRISA. Sus convergencias científicas, su interés común por la innovación y su deseo de contribuir al cambio como emprendedores, los llevaron a crear Inocess en 2016, tras varios años trabajando juntos en el diseño de sistemas integrados, inteligentes y autónomos.

En sus inicios, la actividad de la empresa se centraba en la prestación de servicios a terceros, pero esto pronto cambió. La red Elektek descubrió a Inocess y le dio la oportunidad de trabajar con los equipos de energía de STMicroelectronics en Grenoble. Dos años más tarde, la empresa se convirtió en miembro del respetado programa STPartner.

Gracias a este logro y a su creciente experiencia, Inocess dio un nuevo paso en 2020 diseñando y comercializando sus propios productos. Con el estrecho apoyo de STMicroelectronics y Würth Elektronik, y el respaldo del BPI, Inocess está dando un salto estratégico en condiciones muy favorables, lo que le permite abordar esta fase con serenidad y grandes promesas.

Representada en dos ocasiones en la feria CES de Las Vegas, Inocess es reconocida hoy como una referencia en innovación para la gestión de la energía y los flujos de personas, ámbitos de alto riesgo en los que se necesitan soluciones éticas, responsables y eficientes.

Sus soluciones son desarrolladas íntegramente por sus equipos internos, desde las primeras fases de I+D hasta la creación de prototipos y la preindustrialización. Inocess está presente en los Alpes Marítimos, en Niza y en el parque tecnológico de Sophia-Antipolis, así como en Grenoble y Rennes, lo que le da acceso a un ecosistema dinámico y a contactos con actores clave.